Figura 1. Componentes bioactivos principales y los mecanismos de acción del café involucrados en su actividad quimiopreventiva. Imagen recuperada de Ismail T, Donati-Zeppa S, Akhtar S, Turrini E, Layla A, Sestili P, et al. Coffee in cancer chemoprevention: an updated review. Expert Opin Drug Metab Toxicol [Internet]. 2021;17(1):69–85. Disponible en: https://doi.org/10.1080/17425255.2021.1839412 Se han informado efectos quimiopreventivos del café contra varias formas de cánceres. El café contiene una gran cantidad de antioxidantes, como los compuestos fenólicos y el ácido clorogénico. Una taza de café podría proveer de 200 a 500 mg de antioxidantes, pero esto puede variar de acuerdo con la frecuencia de consumo y el tipo de café. Lo anterior constituye un hecho relevante porque los antioxidantes evitan la acumulación de radicales libres, que participan en el proceso de carcinogénesis promoviendo la generación de mutaciones en el DNA, y con ello, debilitando los mecanismos de control de proliferación celular. Más allá de lo anterior, no se comprende la totalidad de los mecanismos relacionados con el papel anticancerígeno del cáncer. Por ahora, se ha reportado en estudios in vitro e in vivo que sus componentes podrían inhibir vías de señalización promotoras de supervivencia celular, la presencia membranal de receptores de factores de crecimiento y hormonas, la angiogénesis, así como la producción de más radicales libres y la expresión de oncogenes. Asimismo, aunque se han realizado diversos meta-análisis para valorar el impacto del consumo de café en el desarrollo o prevención de neoplasias específicas, la mayoría de dichos metanálisis ha se ha basado en estudios observacionales, mostrando una evidencia preventiva más consistente con respecto al riesgo de desarrollar cáncer hepático y endometrial, pero evidenciando una clara clara controversia en la relación del consumo de café con la reducción de riesgo de padecer otros tipos de cáncer. Así, es evidente que el café ejerce efectos anticancerígenos sobre líneas celulares neoplásicas y tumores inoculados en modelos murinos, y la evidencia clínica observacional sugiere un notable descenso en el riesgo de desarrollar diversas neoplasias malignas aún en dosis menores a las máximas establecidas por la European Food Safety Authority (EFSA). Sin embargo, se requiere un estudio más profundo de los mecanismos moleculares que dan lugar a este fenómeno. Referencias:
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AuthorJose Mária Lucio ArchivesCategories |